En Español, Venezuela
Se agotan los fondos de Venezuela para partidarios de Hugo Chávez en el Sur del Bronx
July 25, 2011 By Juan Victor Fajardo
NEW YORK—En el Sur del Bronx hay quienes tienen afiches del Presidente de Venezuela guindando en la sala de su casa; como si se tratara de un familiar o de un novio querido. Tan sólo hay que preguntarles por qué, para que comiencen a reconstruir una historia que data del año 2005. Se la saben de memoria. Ese fue el año en que Chávez puso pie por primera y única vez en esta marginada comunidad.
El Presidente Chávez había viajado de Caracas a Nueva York para dar un discurso en la Organización de Naciones Unidas. Pero al igual que su padre político, Fidel Castro de Cuba, cuando visitó Nueva York en 1960, Chávez pasó la mayor parte del tiempo bien lejos de la Asamblea General, en las zonas “incómodas” de esta sociedad. Se paseó por los vecindarios más empobrecidos de la ciudad, habló en Harlem en una iglesia comunitaria, y compartió una impecable jornada con la gente del Sur del Bronx. Allí comienza la historia, y de eso nadie se olvida.
“Nosotros nos preguntábamos: ¿cómo es posible?”, dijo Wanda Salaman, recordando el día en que conoció al mandatario venezolano. “Ni siquiera conocíamos al Presidente de Los Estados Unidos. ¿Vamos a conocer el presidente de otro país? ¿Y a él por qué le importa [nuestra comunidad]?”
Los residentes Sur del Bronx viven en el distrito electoral más pobre de Los Estados Unidos. Algunos vecinos sostienen que el gobierno local simplemente se ha olvidado de atender los problemas que diariamente azotan al barrio. Por eso, aquellos que conocieron a Chávez en el 2005, recuerdan, sobre todo, el contacto directo que tuvieron con uno de los líderes políticos más controversiales de toda Latinoamérica.
Durante su visita, Chávez bailó, cantó y abrazó a todo el que se encontraba. Y antes de retirarse, hizo una de esas promesas que lo siguen ratificando en el poder cada vez que hay elecciones en Venezuela. Prometió que le entregaría al Sur del Bronx $1 millón al año para que financiaran sus proyectos comunitarios.
A todas estas, en medio de los acontecimientos estaba el documentalista Félix Leo Campos grabando los hechos con su cámara de video. Él sería el primero en decir que ese día se forjó un nexo poco probable entre Chávez y el Sur del Bronx.
Pero de eso ya hacen casi seis años. Y, bueno, con el tiempo las cosas se han complicado. Tanto será, que Campos, el cineasta, tuvo que volver a su sala de edición para cambiarle el final al documental que produjo sobre la visita de Chávez.
En su formato original, la película terminaba con el otorgamiento de un cheque de $100,000 a Lucia Solano, quien gerencia una organización no-gubernamental (ONG) en el Sur del Bronx. La idea era demostrar que Chávez había cumplido con su palabra. Es decir, que el gobierno de Venezuela estaba utilizando sus ganancias petroleras para aliviar la pobreza en una comunidad que le era ajena del todo. Ahí mismo, en la propia “barriga del monstruo.”
Ahora, el documental termina con una pantalla negra sobre la cual aparece un breve mensaje que cuenta una realidad muy distinta. Explica el texto que varias de las ONG que antiguamente se beneficiaban de la ayuda venezolana se han visto, de repente y sorpresivamente, excluidas del programa de financiamiento. Tan inesperado habrá sido el ajuste, que a algunas de esas organizaciones no les ha quedado otra opción que cerrarle sus puertas a la comunidad que atendían—y ahora la gente quiere saber el por qué de ese repentino golpe de timón.
“No encuentro una explicación racional para este ajuste…he hablado con las autoridades venezolanas y ellos no han ofrecido ningún tipo de explicación”, dijo Marino Mejía, director de una ONG beneficiaria, una asociación de destacados profesionales de la República Dominicana que perdió su financiamiento. “Sólo queremos saber porqué [ha ocurrido esto]”, repetía.
La gran ironía del asunto está en que las ONG que han sido excluidas del programa venezolano son precisamente las organizaciones que apoyan el proyecto revolucionario de Chávez con más ahínco. Aún no logran entender cómo es que su apoyo incondicional a la Revolución Bolivariana los condujo a perder una fuente de financiamiento que tanto necesitaban.
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[…] Yo que llevo tiempo haciéndole seguimiento a los desmanes del chavismo internacional no puedo evitar que me entre un fresquito cuando leo vainas como esta. […]
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